Salida de emergencia
Sabía que lo iban a estar esperando para el brindis. Por eso dejó una nota escueta, para tranquilizarlos.
Cuando salió la avenida era una cinta negra, sinuosa e inservible, que los faroles delineaban de ámbar. No temblaban los pisos ni aturdían las bocinas. Se respiraba liviano. Sólo un pájaro desorientado piaba seis horas antes del amanecer.
Un ansioso tiró el primer fuego artificial, rasgando la negrura. Al rato se sumó otro y otro más, y fueron cientos. Él se imaginó a las familias saludándose, festejando, porque la esperanza es lo último que se pierde. Se imaginó a su familia, esperando en el patio con las copas vacías, que él llegara con la botella. Se imaginó fingiendo una vez más con una tía que ve cada par de años, o con algunos viejos que sólo veía en ocasiones anuales. Se imaginó las ofertas, los shopping como hormigueros, los saludos de compromiso en mensajes de texto o en correos electrónicos.
Sólo le faltaban dos calles para llegar. Y pensó en los ciclos. En como todo se repite. Como todo gira y en el giro marea y adormece a todos. Pensó al mundo con cara de caballo en busca de la zanahoria siempre por venir, despilfarrando el tiempo y durmiendo sus sentidos. Pensó que hacía bien, que no era él quien iba a contramano.
El muro no le pareció tan alto. Un poco de esfuerzo, algún calambre leve y ya estaba del otro lado. Era extraño, cualquiera hubiera dicho que dentro de esa jaula, habitada por sombras y bichos horribles, era peligroso entrar. Sin embargo el jardín botánico lo recibió expectante y amable. Pasados unos minutos los gatos le rodearon las piernas y los insectos reanudaron su canto. Respirar verde le abrió los pulmones y la noche fue de mil colores, reales. Las enormes sombras de pronto lo protegían.
Del otro lado del muro se comenzaron a escuchar algunos coches devolviendo familias y ebrios a sus casas. Entonces abrió el champagne con cautela, para no invadir, y brindó con un gran trago. Brindó por todos aquellos que estaban del otro lado del muro.
3 Comments:
Sólo una pregunta, por qué no todo el mundo está posteando estos cuentos tan buenos?
Aplausos, quien seas.
leí varios de tus cuentos,tienen ese ingrediente de doble faz...la realidad de unos y de los otros;y lo subliminal como colándose por una tercera dimensión...y el narrador adentro y afuera.Muy buenos
saludos
Qué bueno poder escapar cuando la corriente te lleva a donde no quieres ir! Excelente. Lo mejor de todo, no invadir...
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